El objetivo del presente estudio fue evaluar las dimensiones de la inteligencia emocional percibida y cómo se manifiestan en el género que tienen los estudiantes de educación superior. La muestra estuvo comprendida por 311 estudiantes en una universidad del estado de Durango, México, se usó la versión en español del Trait Meta-Mood Scale (TMMS 24), que arrojo un Alfa de Cronbach de más de 0.916. Los resultados de la prueba t arrojaron un valor p no significativo (mayor a 0.05) con un tamaño de efecto de 0.050, mostrando que la media de inteligencia emocional de hombres (3.34) no era diferente a la de mujeres (3.30), los resultados finales arrojaron que las mujeres tienen percepción más alta de la capacidad de atender los sentimientos que los hombres. Las mujeres no solo tienen más respuestas positivas en su claridad emocional que los hombres, sino que también tienen una mayor cantidad en una categoría alta, lo que implica una confianza mayor. Por último, tenemos que tanto hombres como mujeres tienden a tener una reparación positiva acerca de su capacidad para normalizar sus emociones. Por lo tanto, los resultados finales indican que las mujeres tienen más inteligencia emocional percibida que los hombres.
Palabras clave: inteligencia emocional, estudiantes universitarios, TMMS, dimensiones
En el contexto actual de la educación superior, la inteligencia emocional se ha convertido en un factor crucial que influye no solo en el rendimiento académico, sino también en el desarrollo personal y social de los estudiantes. Sin embargo, se ha observado que las manifestaciones y el desarrollo de la inteligencia emocional pueden variar significativamente entre diferentes grupos demográficos, incluyendo el género.
El objetivo de esta investigación es evaluar las dimensiones de la inteligencia emocional percibida y cómo se manifiestan en el género que tienen los estudiantes de las carreras de Licenciatura en Administración e Ing. En Gestión empresarial del Instituto Tecnológico de Durango/TecNM.
La presente investigación se justifica por la creciente importancia de la inteligencia emocional en el ámbito académico y profesional, especialmente en un contexto de educación superior donde los estudiantes enfrentan retos significativos tanto a nivel académico como personal. Comprender cómo las diferencias de género influyen en el desarrollo y manifestación de la inteligencia emocional es fundamental para promover un ambiente educativo que responda a las necesidades diversas de todos los estudiantes.
La fundamentación teórica presenta diversas perspectivas de diversos autores como Goleman citado por Del Rosal et al. (2016) que comenta que el siglo XX se caracteriza por el apogeo y expansión del vocablo "Inteligencia Emocional". En los últimos años, el avance en el campo de la inteligencia incluye la dimensión emocional y afectiva de los individuos, resaltando la relevancia de integrar la razón y la emoción para comprender la inteligencia humana (p.52).
De acuerdo a las investigaciones precedentes que se leyeron se pudo constatar que en México no existian antecedentes de validación de cuestionario en estudiantes universitarios hasta el trabajo de Zuñiga et al., (2019) tal como lo mencionan “En México no se tienen trabajos que validen el TMMS 24 en población adolescente; de ahí que el objetivo de este estudio sea el de explorar sus propiedades psicométricas de validez y confiabilidad, con el propósito de dar certidumbre a su aplicabilidad en el contexto dado para la valoración de la Inteligencia Emocional en trabajos que involucren dicho constructo” (p.284).
Las emociones desempeñan un papel fundamental en la vida de las personas, ya que reflejan su ámbito afectivo, su funcionamiento mental y su capacidad de adaptación al entorno en el que se desenvuelven. Según Daco, citado por Zuñiga et al. (2019), experimentar una emoción implica un conjunto de pensamientos, actitudes y creencias sobre el mundo, que se utilizan para evaluar una situación específica e influyen en la forma en que se percibe esa situación. Por lo tanto, su desarrollo es un proceso evolutivo complejo, vinculado a la comunicación, la formación de vínculos afectivos, el desarrollo moral y el conocimiento social (p. 280).
Salovey y Mayer citados por Pacheco et al. (2004) mencionan que las diversas investigaciones que se han realizado sobre los vínculos entre emoción e inteligencia no son nada nuevas; pero desde que se acuñó el término Inteligencia Emocional (IE) desde 1990, se ha propagado un desarrollo progresivo de investigaciones y estudios sobre el tema. Matthews et al. citados por Pacheco et al. (2004) hablan sobre el debate que se lleva a cabo en la actualidad entre los diferentes acercamientos teóricos sobre el constructo, su naturaleza genuina con relación a otras inteligencias o su igualdad con otros conceptos clásicos como los estados de ánimo, la personalidad o el autoestima; esto sustenta en gran medida las críticas de sus detractores (p.119).
Orejarena (2020) señala que el estudio de la inteligencia se ha centrado en los factores que explican las diferencias individuales, lo que ha llevado a investigaciones significativas desde finales del siglo XIX, especialmente en el marco del modelo psicométrico. Esta perspectiva limita la inteligencia a características relacionadas con la memoria y la solución de problemas, ignorando elementos sociales y emocionales. En cambio, enfoques más recientes incluyen habilidades vinculadas a la motivación personal, la perseverancia, la empatía y el control emocional, aspectos que no son abordados por las pruebas de inteligencia convencionales.
Trujillo y Rivas citados por Orejarena (2020), refieren que dicho concepto ha pasado desde posturas cognitivas, hasta constructos teóricos que incluyen componentes socio-afectivos del ser humano. De igual forma Gardner citado por Orejarena (2020), establece ocho inteligencias, incluidas la intrapersonal e interpersonal, siendo la inteligencia intrapersonal "implicada en la evaluación y comprensión de los propios sentimientos de una persona, mientras que la inteligencia interpersonal se enfoca en las acciones, emociones y motivaciones de otras personas" (p.190).
Mayer y Salovey citados por Zuñiga et al. (2019) nos dice que la inteligencia emocional, es considerada como una “capacidad de percibir con precisión, valorar y expresar emociones; la capacidad de acceder y/o generar sentimientos que faciliten el pensamiento; la capacidad de comprender las emociones y el conocimiento emocional; y la habilidad para regular las emociones para promover el crecimiento emocional e intelectual (p. 10).
Pacheco et al. (2004) comentan que el enfoque de IE de Salovey y Mayer (1995) proporciona el marco teórico para la fundamentación científica de este estudio. Incluso los opositores de la IE ven que es el único enfoque innovador y único que puede realizar una contribución significativa al ámbito de la psicología.La inteligencia emocional se define en este marco como un conjunto de capacidades vinculadas al manejo de la información emocional. La definición más amplia de IE es la capacidad para reconocer, asimilar, comprender y regular las emociones propias y ajenas, facilitando el desarrollo emocional e intelectual.
En este sentido Zuñiga et al. (2019) explica el procedimiento que siguió “Los cuatro factores en los que se agruparon los ítems fueron los siguientes: un primer grupo de ítems se relacionan con la Atención a los sentimientos, un segundo grupo con la Claridad emocional, un tercer bloque nuevamente con la Atención a los sentimientos; y un cuarto grupo que se asocian con la Reparación de las emociones. La consistencia interna de las cuatro subescalas tuvo valores satisfactorios superiores a α=.740. Debido a que los ítems del factor 1 y 3 se agruparon en torno a la Atención de los sentimientos y mostraron varianzas explicativas semejantes, se rehizo el análisis factorial acotando la extracción a tres factores, utilizando las mismas especificaciones procedimentales” (p.287).
Y dentro de la discusión de su investigación aplicado en estudiantes universitarios en Chiapas, México nos menciona Zuñiga et al., (2019) lo siguiente “En este trabajo, el ítem 5, Dejo que mis sentimientos afecten a mis pensamientos, obtuvo un índice de saturación menor a .300, aunque por ser cercano a éste, se consideró apropiado discriminar la diferencia. Un resultado similar se obtuvo en los trabajos de Aradilla et al. (2013) por lo que habría que considerar, a criterio, su inclusión o no en la dimensión de Atención a los sentimientos al utilizar el instrumento” (p.289).
De igual manera, a través del TMMS se comprobó, en una muestra de Australia y Estados Unidos, que las mujeres lograron puntuaciones significativamente más altas en las dimensiones de atención, claridad y reparación (McIntyre, 2010). En el caso de España, se ha corroborado con el TMMS que los hombres obtuvieron puntuaciones notablemente más altas en el área de reparación (Extremera, Fernández-Berrocal y Salovey, 2006; Fernández-Berrocal y Extremera, 2008; Gartzia et al. 2012). Con base en estos hallazgos, autores como Candela et al. (2002) plantean la necesidad de ampliar la investigación sobre género e inteligencia emocional para identificar los factores que causan las diferencias observadas entre los dos sexos.
Fernández-Berrocal y Extremera (2003) llevaron a cabo un estudio para explorar las diferencias de género en la inteligencia emocional percibida en una muestra de adolescentes. El perfil obtenido mostró que las adolescentes tienden a centrarse y prestar más atención a sus sentimientos, además de ser más rumiativas. Por otro lado, los chicos demostraron tener una mayor habilidad para regular sus emociones negativas y gozar de una mejor salud mental en comparación con las chicas. No obstante, al analizar las variables mediadoras, como la capacidad para reparar emociones y la tendencia a suprimir pensamientos, se encontró que, independientemente del género, las personas más rumiativas y con menor capacidad para regular sus estados emocionales presentaban una salud mental deteriorada (Fernández-Berrocal y Extremera, 2003).
Custodio et al. (2021) indican que la Inteligencia Emocional Autopercibida abarca tres dimensiones: la atención emocional, que se refiere al grado en que las personas piensan que son capaces de identificar, reconocer y centrarse en sus propias emociones, así como en las sensaciones físicas y mentales que las acompañan. También abarca la claridad emocional, que se refiere al grado en que las personas perciben que viven sus emociones de manera exacta, comprendiendo lo que sienten, diferenciando y etiquetando las emociones, y reconociendo las categorías a las que estas pertenecen; y la reparación emocional, que se refiere a la percepción de las personas sobre su capacidad para detener y regular sus estados emocionales negativos, así como para mantener los positivos (Extremera-Pacheco y Fernández-Berrocal, 2005; Salovey et al., 1995).
De igual manera Del Rosal et al. (2016) menciona que al hablar de IE es requisito mencionar a Goleman, quien, en 1995, publicó el libro “Inteligencia Emocional”, convirtiéndose en best seller en ese mismo año. Cabe señalar que el término “Inteligencia Emocional”, fue mencionado 5 años antes en el artículo científico “Emotional Intelligence” de Salovey y Mayer (1990), pero pasó desapercibido. Asimismo, un año antes de la publicación de Goleman, se fundó el Collaborative for Academic, Social and Emotional Learning, una organización enfocada en promover la educación social y emocional (Bisquerra, 2012) (p. 52)
El estudio actual es de carácter cuantitativo, con un alcance de tipo descriptivo, es de diseño transversal porque se obtienen datos en un único momento. La muestra estuvo compuesta por estudiantes del Instituto tecnológico de Durango del departamento de ciencias económico administrativo, fueron 311 estudiantes 162 hombres 169 mujeres. Se empleó una versión semánticamente adaptada de la Trait Meta-Mood Scale (TMMS) de 24 ítems, basada en la versión original de Salovey y Meyer (1995), para el contexto de este estudio. Esta escala evalúa el metaconocimiento sobre las emociones, es decir, la conciencia que una persona tiene sobre sus propios estados emocionales y su capacidad para regularlos. Los ítems se organizan en tres factores: Atención a los sentimientos (ítems 1 a 8), que analiza en qué medida las personas creen que están atentas a sus emociones; Claridad emocional (ítems 9 a 16), que se refiere a cómo interpretan sus emociones; y Reparación de las emociones (ítems 17 a 24), que investiga la confianza del individuo en su habilidad para detener y regular emociones negativas y fomentar las positivas. Cada ítem presenta cinco opciones de respuesta: nunca, raramente, algunas veces, con bastante frecuencia y muy frecuentemente, con valores ordinales que van del 1 al 5. En su adaptación al español, Fernández et al. (2004) constataron una consistencia interna superior a .85 en todas las subescalas. Para el análisis cuantitativo se realizaron varias pruebas de estadística inferencial utilizando el software R (Team, 2012).
Dentro de esta muestra (ver Tabla 1), se observa que hay una mayor representación de mujeres (54%) frente a hombres (46%). La Licenciatura en Administración es más popular entre las mujeres, mientras que Ingeniería en Gestión Empresarial tiene una distribución más equilibrada, pero con ligera ventaja para los hombres.
Tabla 1
Tipificación de la muestra conforme al universo
Categoría Sexual | Muestra proporcional | Proporción | Licenciatura en Administración | Ing. En Gestión Empresarial | Población |
---|---|---|---|---|---|
Hombres | 142 | 46% | 68 | 74 | 386 |
Mujeres | 169 | 54% | 99 | 70 | 453 |
TOTAL | 311 | 100.00% | 167 | 144 | 839 |
El Alfa total del instrumento fue de 0.916 (ver Tabla 2, lo que implica excelente consistencia interna del total de los ítems y garantiza la fiabilidad del instrumento para medir las dimensiones propuestas.
Tabla 2
Análisis Alfa de Cronbach de la muestra
Dimensión | Alfa de Cronbach | Número de ítems |
---|---|---|
Atención a las emociones (Percepción) | 0.911 | 8 |
Claridad emocional (Comprensión) | 0.919 | 8 |
Reparación emocional (Regulación) | 0.918 | 8 |
Instrumento final | 0.916 | 24 |
En la Tabla 3 se presentan los niveles de inteligencia emocional y de sus tres dimensiones.
Tabla 3
Niveles de inteligencia emocional
Inteligencia emocional | Media | Desv. Estándar |
---|---|---|
Promedio | 3.32 | 0.79 |
Comprensión | 3.20 | 0.93 |
Percepción | 3.31 | 0.93 |
Regulación | 3.44 | 0.94 |
Los resultados de la prueba t comparando los niveles de inteligencia emocional de hombres y mujeres arrojaron un valor p no significativo (mayor a 0.05) con un tamaño de efecto de 0.050, mostrando que la media de inteligencia emocional de hombres (3.34) no era diferente a la de mujeres (3.30).Los resultados del ANOVA analizando posibles diferencias entre los niveles de inteligencia emocional de los participantes según su semestre mostraron un valor p no significativo (mayor a 0.05), lo cual se puede observar de mejor manera en la Figura 1.
En la Tabla 4 se muestran los resultados de las pruebas estadísticas inferenciales
Tabla 4
Resultados del MANOVA comparando los tres subconstructos de la inteligencia emocional entre hombres y mujeres
Variables dependientes | Hombres | Mujeres | Media cuadrada | Valor p |
---|---|---|---|---|
Comprensión | 3.25 | 3.17 | 0.47 | No significativo |
Percepción | 3.17 | 3.43 | 5.04 | 0.016* |
Regulación | 3.59 | 3.31 | 6.09 | 0.009** |
Los resultados del MANOVA se pueden contrastar con la Figura 2 para un mejor entendimiento de las diferencias entre los niveles de inteligencia emocional de hombres y mujeres.
En la Tabla 5 se presenta el modelo de regresión logística binomial usando la variable de sexo de los participantes como variable dependiente.
Tabla 5
Modelo de regresión logística binomial con la variable sexo
Variables independientes | B | EE | Valor p |
---|---|---|---|
Inteligencia emocional | -2.129 | 7.867 | NS |
Comprensión | 7.438 | 2.622 | NS |
Percepción | 6.713 | 2.622 | NS |
Regulación | 7.996 | 2.619 | NS |
En la Tabla 6 se presenta el modelo de regresión logística binomial usando la variable de carrera de los participantes como variable dependiente
Tabla 6
Modelo de regresión logística binomial usando la variable de carrera de los participantes como variable dependiente
Variables independientes | B | EE | Valor p |
---|---|---|---|
Inteligencia emocional | 3.445 | 9.420 | NS |
Comprensión | -4.324 | 3.139 | NS |
Percepción | -4.880 | 3.144 | NS |
Regulación | -4.487 | 3.134 | NS |
En la Tabla 7 se muestra el análisis de la media de la dimensión atención a los sentimientos (percepción).
Tabla 7
Análisis de la media Dimensión Atención a los sentimientos (Percepción)
Categoría sexual | Nada de acuerdo (1) | Algo de acuerdo (2) | Bastante de acuerdo (3) | Muy de acuerdo (4) | Totalmente de acuerdo (5) | Total |
---|---|---|---|---|---|---|
Hombres | 3 | 29 | 53 | 42 | 15 | 142 |
Mujeres | 2 | 33 | 45 | 66 | 23 | 169 |
Total | 5 | 62 | 98 | 108 | 38 | 311 |
Al hacer un análisis de la Figura 3, en el total se puede ver que la percepción general es más o menos equilibrada entre ambos géneros; sin embargo, las mujeres parecen sentirse más seguras en su capacidad de atender sus sentimientos, las mujeres tienen una sensación más fuerte en las afirmaciones positivas.
Para el análisis de la media de la dimensión de Comprensión (Tabla 8) podemos asumir que, primero, las mujeres tienen una percepción ligeramente diferente de los hombres sobre su claridad emocional.
Tabla 8
Análisis de la media, Dimensión Claridad emocional (Comprensión)
Categoría sexual | Nada de acuerdo (1) | Algo de acuerdo (2) | Bastante de acuerdo (3) | Muy de acuerdo (4) | Totalmente de acuerdo (5) | Total |
---|---|---|---|---|---|---|
Hombres | 4 | 23 | 52 | 48 | 15 | 142 |
Mujeres | 5 | 36 | 63 | 46 | 19 | 169 |
Total | 9 | 59 | 115 | 94 | 34 | 311 |
En segundo lugar, los hombres demostraron una mayor variabilidad ya que mostraron una mayor presencia de categorías intermedias y bajas, lo que implica que deberían trabajar más su comprensión emocional. En tercer lugar, no solo las mujeres tienen más respuestas positivas, sino que también tienen una mayor cantidad en una categoría alta, lo que implica una confianza mayor en su inteligencia emocional (ver Figura 4.
Respecto a la Tabla 9, este análisis se ocupará de cómo cada uno de los géneros percibe la capacidad de normalizar y de reparar sus emociones.
Tabla 9
Análisis de la media, Reparación emocional (Regulación)
Categoría sexual | Nada de acuerdo (1) | Algo de acuerdo (2) | Bastante de acuerdo (3) | Muy de acuerdo (4) | Totalmente de acuerdo (5) | Total |
---|---|---|---|---|---|---|
Hombres | 1 | 24 | 37 | 48 | 32 | 142 |
Mujeres | 2 | 34 | 56 | 54 | 23 | 169 |
Total | 3 | 58 | 93 | 102 | 55 | 311 |
Para esta dimensión tenemos que tanto hombres como mujeres tienden a tener una percepción positiva acerca de su capacidad para normalizar sus emociones, los hombres muestran un mayor número en categorías altas, el número de respuestas intermedias apunta a que los hombres podrían mejorar al trabajar haciendo foco en tratar de regular sus emociones y por último que las respuestas de las mujeres tienden a dar una distribución más equitativa entre las intermedias y las altas, lo que puede dar indicios sobre una mayor autoeficacia en la regulación emocional (ver Figura 5).
Los resultados presentados confirman las adecuadas propiedades psicométricas del instrumento y del modelo teórico de inteligencia emocional planteado por los autores de la escala (Salovey et al., 1995), así como de su adaptación a la versión en español (Fernández et al., 2004).
La investigación proporciona información valiosa sobre el concepto de Inteligencia Emocional. Como indican Pérez et al. (2013), en estudios de evaluación psicométrica de escalas, es aconsejable explorar nuevas metodologías y emplear muestras diversas que permitan profundizar y validar los hallazgos obtenidos en este tipo de investigaciones. Por lo tanto, se recomienda repetir el estudio con muestras heterogéneas para recopilar datos sobre la efectividad de este instrumento en adolescentes de diferentes contextos. En el ámbito de la psicología clínica, educativa y social, el TMMS 24 puede utilizarse para desarrollar estrategias de intervención frente a problemáticas psicosociales en adolescentes, así como para prevenir conductas delictivas y el consumo de sustancias adictivas, abarcando también áreas relacionadas con la Inteligencia Emocional y aspectos como la Depresión, Ansiedad, Satisfacción Vital, Bienestar Subjetivo, Relaciones Interpersonales y Empatía.
En relación con las diferencias de Inteligencia Emocional según el género, se han obtenido los siguientes hallazgos mediante el uso del instrumento TMMS, se detectaron diferencias estadísticamente significativas en el constructo de reparación emocional, favoreciendo a los hombres (Extremera et al., 2006; Fernández-Berrocal y Extremera, 2008; Gartzia et al., 2012). También nos mencionan otras investigaciones que los hombres son quienes muestran niveles más altos de reparación emocional que las mujeres (Fernández-Berrocal, 2004; Sánchez-Álvarez et al., 2008, Sánchez et al., 2016). Nuestro estudio nos dice para esta dimensión que tenemos que tanto hombres como mujeres tienden a tener una percepción positiva acerca de su capacidad para normalizar sus emociones, a pesar de las diferencias significativas entre el número total, los hombres muestran un mayor número en categorías altas, el número de respuestas intermedias apunta a que los hombres podrían mejorar al trabajar haciendo foco en tratar de regular sus emociones y por último que las respuestas de las mujeres tienden a dar una distribución más equitativa entre las intermedias y las altas, lo que puede dar indicios sobre una mayor autoeficacia en la regulación emocional.
Con respecto al constructo atención a los sentimientos se puede ver que la percepción general es más o menos equilibrada entre ambos géneros; sin embargo, las mujeres parecen sentirse más seguras en su capacidad de atender sus sentimientos, las mujeres tienen una sensación más fuerte en las afirmaciones positivas. Estos hallazgos son consistentes con las conclusiones de estudios anteriores, que indican que las mujeres suelen concentrarse más que los hombres en sus vivencias emocionales (Garnefski y Cols., 2004). Además, estos resultados de diversas investigaciones sugieren que las mujeres presentan niveles de Atención más altos que los hombres, así como una mayor capacidad para comprender sus propias emociones, superando así a los hombres en este aspecto (Sánchez et al 2008; Fernández y Extremera, 2004; Giménez y Prado, 2014).
Las personas que presentan un mayor desajuste emocional muestran un perfil caracterizado por prestar mucha atención a sus emociones, tener una baja claridad emocional y creer que no pueden modificar sus estados emocionales (Fernández-Berrocal y Extremera, 2003). Tal como en nuestra investigación arroja el estudio del constructo claridad emocional, que nos dice que es posible afirmar que con mayor probabilidad las mujeres se sienten más seguras de su capacidad para comprender sus emociones. Por lo tanto, podemos asumir que, primero, las mujeres tienen una percepción ligeramente diferente de los hombres sobre su claridad emocional porque tienden a sentirse más claras emocionalmente. En segundo lugar, los hombres demostraron una mayor variabilidad ya que mostraron una mayor presencia de categorías intermedias y bajas, lo que implica que deberían trabajar más su comprensión emocional. En tercer lugar, no solo las mujeres tienen más respuestas positivas, sino que también tienen una mayor cantidad en una categoría alta, lo que implica una confianza mayor en su inteligencia emocional.
De acuerdo con las observaciones de Candela et al. (2003), Sánchez et al. (2008) y Sarrionandia y Garaigordobil (2017), se considera que las mujeres son más emotivas que los hombres; tienen una mayor capacidad para expresar sus emociones y cuentan con habilidades que les permiten identificar mejor las emociones de los demás, lo que se atribuye a una formación que las acerca más a los sentimientos. Estos hallazgos respaldan los resultados de nuestra investigación, donde se observa que, al comparar hombres y mujeres, la tendencia hacia la percepción de inteligencia emocional es mayor en las mujeres. Existen diferencias significativas en la distribución: mientras algunos hombres no están de acuerdo con su capacidad emocional, ninguna mujer respondió negativamente. Además, las mujeres muestran un mayor número de respuestas en la categoría "Muy de acuerdo", lo que podría indicar una mayor confianza en sí mismas. Por otro lado, ambos gráficos revelan que, a pesar de una buena percepción en ambos géneros, las mujeres no tienen dudas sobre su capacidad emocional.
Se concluye que hay diferencias significativas en la percepción de la inteligencia emocional entre hombres y mujeres. La mayoría de los hombres es positiva, ya que el alto porcentaje en las categorías “Bastante de acuerdo” y “Muy de acuerdo”, y el hecho de no tener respuestas en la categoría “Totalmente de acuerdo” sugiere que no el asunto controversia en reconocer su capacidad emocional, pero no todos se sienten completamente seguros con respecto a La mujer, por otro lado, tiene tendencias aún más acentuadas hacia actitudes positivas. El hecho de no tener respuestas negativas de las mujeres y mayor cantidad de respuestas “Muy y Totalmente de acuerdo”, indica que las mujeres tienen más confianza en su capacidad para comprender las emociones de los demás suyo y suyo. En general, a pesar del hecho de que los miembros de ambos sexos tienen una actitud positiva hacia la inteligencia emocional, las mujeres no solo sienten más seguridad en sus habilidades en el campo, sino también una actitud más positiva en general, que puede ser un factor importante en el desarrollo personal y profesional.
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Investigación Educativa Duranguense
ISSN: 2007-039X
Universidad Pedagógica de Durango